domingo, 11 de mayo de 2014

El amor en los tuppers del cólera

De esas veces que estás guardando los restos del guisadito delicioso que comiste, los metes en un tupper (que por supuesto siempre es o muy chiquito o muy grande) si eres muy perseverante, lo cambias repetidas veces hasta encontrar el “perfecto” que casi siempre es el de medio litro de crema “alpura”. Si tienes poca tolerancia a la frustración, como es mi caso, dejas el contenido ahí donde lo habías puesto y prosigues a buscar la tapa. PUTA, ¡la pinche tapa! y en esta travesía amigos, aquí mero es donde viene la filosofía: “el amor es como las tapas”.
El amor es como las tapas, te pasas la vida entera buscando “the one”, buscas y buscas, y pinches buscas entre las mil millones de tapas que no sabes cómo demonios tu madre ha coleccionado con tremendísimo empeño: tres pinches tuppers y 465,774, 534 PUTAS TAPAS.
En la búsqueda sabes de entrada la forma que estás buscando, si el tupper es circular ¡de pendejo le intentas encajar una tapa cuadrada! Claro que en la desesperación, esas cosas pasan… pero esa ya es otra historia. La mayoría te quedan chicas, una que otra grande y cuando estás por rendirte, la ves, ahí, tan redondita, tan posible ¡tan roja! Extiendes el brazo y cuando por fin la tienes en tus manos ¡CARAJO! Es de “darle vueltas” chale, ¡tenía buen lejos!
A veces, encuentras una que sabes perfectamente que no es pero la pones y medio sella, a simple vista se ve bastante bien, pero no te contiene, no te sientes seguro, sabes que cualquier movimiento en falso podría significar salsa verde por todo el refri, pero te la quedas. Está digamos que “para presentársela a tus papás”.
La otra es que encuentres una que ¡tampoco es pa’ti! Pero “ME QUEDA POR QUE ME QUEDA”, lo forzas, la aprietas, se desparrama tu contenido y te vale un carajo, “ESTA ES MI TAPA COÑO, CÓMO DE QUE NO CHINGAO”. Esa historia acaba siempre en la letra de alguna de las canciones de “la banda MS” o en divorcio si de plano te apendejaste.
La gente se cansa de andar buscando, acabas por meter el tupper al refri así nomás, hasta que se echa a perder el contenido, o hasta que  en una de esas que jalas muy fuerte la puerta acaban los frijoles en el cajón de las verduras.
El amor es como las tapas, buscas y buscas y pinches, putas buscas y cuando menos prisa tienes aparece, ahí, tan gloriosa, tan perfecta, ya la habías visto cuatrocientas veces y no creíste que quedara, pero encaja a la perfección. Ahí estaba, en el cajón de siempre.
El amor es como las tapas, buscas y buscas y pinches, putas, perras buscas.




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