viernes, 19 de abril de 2013

SINAPSIS Y GALAXIA



Sus pies se detuvieron en seco cuando a su cabeza vino la esencia real del tiempo transcurrido. Le había parecido tan poco y resultaba ser en verdad un muchero. Se sentó a la sombra de un gran árbol, dobló sus piernas y llevó su frente a sus rodillas, la suave brisa de la reflexión la enburbujó. La conciencia del tiempo le había abierto una senda muy ancha de introspección y le había vaciado en la cabeza un canasto lleno de preguntas que había ella ocultado de su lógica por tantas y tantas hojas del calendario… ¿Le extrañaba aún o era ya una costumbre el sentir un agujero en el pecho? ¿Sus huellas y las de él  seguían empatando una sobre la otra por el mismo camino de arena? O acaso ¿se habían separado sin que diera cuenta de ello?  Levantó su rostro sin abrir los ojos y respiro un aire tan infinitamente púrpura que sus pulmones al exhalar se convirtieron en mariposas… mariposas que salieron en señal de libertad poco a poco por su boca. No tenía más miedo. Miró fijamente el horizonte y encendió un cigarrillo de gamuza. – ¡Qué raro!, podría jurar haber comprado melancolía pero estos sin duda eran cigarrillos sabor nostalgia, EN FIN.- el humo ascendía a su cerebro en remolinos de sinapsis simples y perfectas. Las respuestas a sus preguntas abundaban de tal manera que no tuvieron más lugar dentro de su cráneo y emigraron por el cuero cabelludo, recorrieron sus rizos pintándolos color galaxia mientras conectaban con las raíces de aquel sabio árbol que la resguardaba…poco a poco se llenó la corteza de brillo y luces neón, las ramas se tiñeron de arcoíris y las hojas se cristalizaban a la par de las lágrimas que recorrían sus mejillas hasta estacionarse en las comisuras de la más libre, franca y sensata sonrisa.

 -Fa-

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